martes, 3 de noviembre de 2009

LA HORMIGA Y LOS PÁJAROS. ( El cuento).

El pájaro voló a la ramita donde se hallaba una jugosa hormiga de alas, se abalanzaba sobre ella…
-Chsssst ¿Dónde vas? –dijo de pronto la hormiga.
-Iba a zamparte –contestó el Carbonero común, que así se llamaba.
-Para, para. No tan rápido bonito. Espera que te haga una pregunta –respondió hábil la hormiga- . ¿Te gustan los cuentos?
El Carbonero quedó perplejo, pensando en la pregunta, pensando si le gustaban los cuentos.
-Sí, sí me gustan, recuerdo que mi mamá me los contaba en el nido por la noche.
- Pues debes saber que si me comes no habrá cuento, pero si me dejas vivir, algún día tú y yo formaremos parte de algún cuento, alguna historia que una mamá o papá contará a sus pequeños –explicó la hormiga alada.
-¿Y eso porque, porque será así? –volvió a preguntar el pájaro.
-Porque lo normal es que tú me comas y fin de la historia, pero si ahora me dejas vivir será algo bonito y sobrenatural, una de esas cosas que se relatan en los cuentos.
-Tienes razón –silbó el carbonero-, visto así creo que te dejo vivir para que los dos formemos parte de un cuento.
El pájaro se marchó entonces buscando otra cosa a la que hincarle el pico, se marchó contento y pensativo. La hormiga aún temblaba, se había librado por un pelo, sin embargo tendría que esconderse un poco porque otro pájaro podía venir a comérsela.
Las brillantes alas de la hormiga atrajeron poco después la atención de otro pájaro, un mosquitero común que se acercó curioso a ver si podía capturarla.
-Bueno, bueno, ya está bien de acoso –dijo la hormiga cuando se acercó el segundo pájaro.
-¿Qué?
-Que ya está bien, que no puede uno salir a tomar el sol sin que se lo quieran comer.
-Pero yo me alimento de insectos, hormigas, moscas… -dijo el pájaro sin entender muy bien porque hablaba con una hormiga.
-Pues que sepas que me puedes comer, pero me dirigía a fundar un nuevo hormiguero, donde se criaran muchas hormigas. Si hoy me dejas vivir, mañana tus hijos y tus nietos tendrán muchas hormiguitas que comer, aunque sean mis hijos y mis nietos –argumentó la hormiga.
-Llevas razón –dijo el pájaro pensando en ello-. Vale te dejaré vivir para que fundes tu nuevo hormiguero, buscaré alguna otra hormiga que no sea tan importante.
El pájaro se marchó y la hormiga volvió a respirar profundo, se había librado por segunda vez en pocos minutos de una muerte segura. Hoy sin duda era su día de suerte, debería buscar una pareja y fundar de verdad su propio hormiguero.
O mejor decidió seguir tomando el sol y dándole brillo y calor a sus bonitas alas.

¿CONTINUARÁ?........

3 comentarios:

  1. Si por favor continúa, llevaba tiempo sin reirme tanto con un cuento. Es genial la imaginación que se le puede echar para salir airosos en las situaciones que pretenden complicarnos la vida y la hormiga es muy inteligente siiiiiiiiiiii. Decidido de mayor quiero ser hormiga de ala jejejeje

    ResponderEliminar
  2. _Siempre es un final sin fin :)

    _Muchas gracias por las palabras que escribiste en mi blog.

    _Saludos!

    ResponderEliminar
  3. muy bonito si señor jejeje además interesnate sigue asi un saludo muaksss

    ResponderEliminar

Puedes dejar aqui tu comentario.